Ya no existen, por cierto,
aquellos seres
que conmovieron nuestra existencia
con su sapiencia
con su savoir faire
en fin, con su tierna sabidurìa experiencial
que como una tarde se deslizaba impunemente rumbo a inciertos
quehaceres: la cocina como espacio fundamentalmente feminista:
eso no es todo, por supuesto: consideren las tardes en el patio de la escuela
hoy devenida parque pùblico merced a una cierta sociedad de fomento